“Si un fotógrafo no siente el dolor de las víctimas, no podrá transmitir con decencia nada de su trabajo por muchos premios que gane”
Gervasio Sánchez- Periodista y fotógrafo de guerra
“De perto, ningém é normal” / “De cerca, nadie es normal”. Caetano Veloso
Hay ojos que no saben mentir, hay ojos que no necesitan mentir. A veces las palabras dicen algo que las miradas contradicen. A veces una mirada es tan contundente como un silencio. Otras, en cambio, son las palabras acompañadas de las miradas y los gestos las que permiten confirmar la frase bíblica: “De lo que reboza el corazón habla la lengua”.
¿Qué sabés vos de la gente que vive en tu ciudad, en tu región, en tu barrio?
“Don Jairo”
Sesenta y seis años dedicado al oficio de la zapatería. Trabaja de domingo a domingo y afirma –con una gran sonrisa en su rostro– que planea continuar con sus jornadas continuas de trabajo hasta el 2080.
Él sonríe con sus ojos. Es un adulto que nunca dejó de ser niño. Basta con mirarlo a los ojos, para notar que su mirada está desprovista del peso de los años. “Nando” vive en Guarne. Casi todos los días, si no hay lluvia, recorre en largas caminadas el área urbana de este municipio. En sus manos o en los bolsillos de su suéter, suele llevar algún pastel o pedazo de torta que le regalan en las diferentes tiendas.
José Ospina
Don José es vendedor de lotería en Rionegro hace dieciséis años.
— Don José, ¿le molesta si le tomo una fotografía?
— Hágale tranquila que eso no me va a doler.
Jesús Antonio Arbeláez
Don Jesús es embolador en el parque de Rionegro. De lejos, parece alguien muy serio –como la mayoría de personas cuando están concentradas en su trabajo– pero al hablar con él, al verlo de cerca, su ceño deja de estar fruncido; las sonrisas de su parte no se esconden. Y luego de hablar con él, lo despide a uno con un “Con mucho gusto y para servirle” que reafirma la calidez de la mayoría de la gente de los pueblos y aquella expresión según la cual: “Las únicas personas normales son las que uno no conoce muy bien”.